WONDERSTRUCK y el valor de la comunicación
¡Atención, spoilers!
Wonderstruck
es una película del director Todd Haynes, conocido por otros films como Carol (2015) o I’m not there (2007). Estrenada a finales del año 2017, adapta un
libro ilustrado del autor Brian Selznick, creador de otros grandes éxitos como La invención de Hugo. La película
presenta paralelamente las historias de dos niños sordos que emprenden una
aventura hacia su autodescubrimiento a través de las calles y los museos de
Nueva York.
Wonderstruck
presenta una gran red de significados y referencias relacionados con el mundo
de la comunicación y el lenguaje. No solo a través de los diálogos (mínimos en
la película), sino también de la música y las distintas líneas narrativas, se aprecia un rico simbolismo de claro mensaje: la
importancia de la comunicación para el desarrollo humano. En este breve
artículo intentaré ahondar y descifrar los numerosos códigos que desarrollan
esa declaración. Con dos niños sordos como protagonistas, esta maravillosa película
presenta una visión optimista ante la idea de la sordera, que más que dificultar
la comunicación, puede abrir todas las ventanas y las puertas de los códigos de
la realidad.
Las
historias de Rose y Ben son bastante diferentes, pero paralelas en diversos
sentidos. Los dos niños de doce años se adentran en un viaje de búsqueda de su
identidad y de la comunicación con los demás. Rose, una niña en el Nueva Jersey
de los años 20, se encuentra encerrada en una casa con un padre estricto que la
mantiene aislada del resto del mundo e intenta que aprenda a comunicarse a
través de la oralidad. Es un hecho que en el pasado la sordera era un motivo de
discriminación, lo que provocaba que muchos niños sordos fueran educados
alejados del resto de la sociedad. Además, su educación se centraba
generalmente en la oralidad (practicando la lectura de labios y forzando el
aprendizaje del habla), y no en aprender un lenguaje con el que se pudieran comunicar
cómodamente. Esta cuestión explica por qué Rose no puede comunicarse mediante
lenguaje de signos al principio de su historia y que use una libreta para
transmitir sus deseos y emociones.

El
padre de Rose es retratado como un hombre irascible que constantemente grita
reproches a la niña, sin que ella pueda saber de qué habla, pero sintiendo miedo
y confusión como resultado. Rose encuentra consuelo en el cine mudo, del que
puede disfrutar como el resto de espectadores. En particular, en aquellas
películas en las que aparece su madre, una famosa actriz, que vive separada de
su familia en Nueva York. Se puede apreciar que la niña carece de intercambios
comunicativos placenteros, así como de una relación constructiva con su padre,
lo que provoca que huya a Nueva York para intentar buscar consuelo en su madre
o su hermano. No
obstante, cuando llega a Nueva York su madre no la recibe con los brazos
abiertos, sino que también grita e intenta hacerse comprender sin éxito con su
hija. Ante este fracaso, Rose irá a buscar a su hermano, un hombre más
comprensivo y abierto a la comunicación, que se volverá su mejor amigo.
Por
otro lado, Ben es un niño oyente de los años 70 que vive en Minnesota y que no
cuenta con una figura paterna adecuada, pues acaba de quedar huérfano de madre,
y no conoce a su padre. La ausencia de una figura paterna supone para él una
importante crisis de identidad y ansia de conocimiento que nadie ha podido
suplir hasta entonces. Su madre, Elaine, a la cual se presenta muy brevemente, es
una mujer independiente, que ha educado a su hijo sola. Una cariñosa
bibliotecaria que siempre se ha negado a contestar las preguntas que Ben tenía
sobre su padre. Esta falta de comunicación perjudica de manera evidente su
relación, pero Ben no conoce otra realidad, así que se acostumbra a ello.
Todo
cambia en la vida del Ben con la muerte de su madre, que se plantea al
espectador a través de un recorte de periódico que el niño siempre lleva
consigo. Poco tiempo después de este evento, una noche de tormenta, Ben encuentra
un marcapáginas entre los objetos de su madre. Ese marcapáginas incluye una
dedicatoria de un tal “Danny”, que dice que la esperará, con la dirección y el
teléfono de una librería en NY. En el momento en que Ben se dispone a hacer una
llamada a esa librería, un rayo penetra en el cable del teléfono y electrocuta
al niño, dejándolo privado de audición. La película presenta así la fatal ironía
de cómo Ben pierde un importante canal de comunicación con el mundo en el
momento en que se dispone a investigar la identidad de su padre. Tras esto, Ben
se aventurará en otro viaje en solitario, bastante más largo que el de Rose, pero
con el mismo destino en mente.
Hay
una diferencia clave entre Rose y Ben que influye en gran manera en cómo se presenta el audio y la imagen en Wonderstruck: Ben ha sido oyente toda su
vida y no deja de hablar tras su accidente, aunque no pueda oírse a sí mismo.
Por eso, las partes de la película que narran su historia tienen sonido:
podemos oír su voz y las estupendas canciones de la banda sonora. Sin embargo, la
historia de Rose solo tiene como fondo la música característica del cine mudo,
sencilla y plenamente instrumental. Ni Rose ni los espectadores pueden oír nada
(salvo la música) en esas escenas. Es fundamental reconocer el valor de la
música en la película y en el tema que estamos tratando, ya que, en distintas
formas, siempre está presente en las historias de los dos niños.
La
música tiene un papel muy poderoso a lo largo de toda la película. Por un lado,
ayuda al público a percibir qué perspectiva toma la narración: la de Rose o Ben.
Durante la historia de Rose la música es lo único que el público puede oír, concibiendo
los episodios que protagoniza la niña como una verdadera película de los años
20. Por otro lado, en la historia de Ben la música ya no es únicamente
instrumental, sino que se beneficia de las voces de los éxitos de los 70, como
David Bowie o Rose Royce.

Además,
la letra de las canciones cobra un simbolismo diferente: representa las
sensaciones, los sentimientos de los personajes, y va acorde a la historia.
Evoco una escena luminosa y colorida, donde Ben, recién llegado a NY, encuentra
a una multitud de personas de diferentes orígenes, siguiendo todo tipo de modas
de la época hippie. Al mismo tiempo
una música animada nos cuenta cómo es andar por la ciudad llena de vida, bajo
la luz del sol (Sunrise, Rose Royce).
Después, tenemos la omnipresente Space
Oddity de David Bowie. Esta canción no solo impregna el tráiler de la
película, así como los créditos finales, sino que también es la canción
favorita de la madre de Ben. Asimismo, plantea el tema principal de la
película, la falta de comunicación, pues cuenta la historia de un astronauta
que se dispone a vagar a la deriva del espacio tras haber perdido el contacto
con la Tierra. Flotando en una cápsula, el protagonista de Space Oddity se siente aislado del resto del mundo, igual que los
protagonistas de Wonderstruck.
Tell my wife
I love her very much
She knows
Ground Control to Major Tom
Your circuit's dead, there's something wrong
Can you hear me, Major Tom?(x2)
Can you "Here am I floating 'round my tin can
Far above the moon
Planet Earth is blue
And there's nothing I can do"
Estos
versos muestran el aislamiento y soledad que siente Rose cuando su padre la
aparta del mundo y su madre la deja de lado. Muestran la incomunicación
repentina que siente Ben cuando pierde la audición, además de la resignación
ante la imposibilidad de transmitir sus sentimientos a sus seres queridos, tras
lo que solo queda la opción de marcharse y tratar de empezar una vida nueva. Estos
versos también evocan una cita principal en la película: "We are all in
the gutter, but some of us are looking at the stars" (con origen en la
obra de Oscar Wilde Lady Windermere’s Fan).
Esta cita aparece en la habitación de la madre de Ben y el niño siempre intenta
convencer a Elaine de que le explique su significado, cuyo misterio nunca se
resuelve. Sin embargo, intuyo que expresa el ansia de conocimiento o, mejor
dicho, de comunicación. La canción de David Bowie transmite una perspectiva
negativa sobre sus posibilidades tras perder el contacto con la base: Far above the moon/ Planet Earth is blue /
And there’s nothing I can do. No quiere alcanzar el planeta Tierra,
reconoce que está lejos de su alcance. Sin embargo, no dice que vaya a dejar de
observarlo. Esta resolución conecta con la aceptación por parte de los chicos
hacia su destino. Van a ser sordos, pero no por eso van a dejar de intentar
alcanzar las estrellas, ser felices y conseguir la comunicación.
Es
interesante señalar cómo, incluso antes de perder la audición, las vías de
comunicación más importantes para Ben son las letras. Esto es evidente a partir
de ciertos objetos fundamentales para que Ben encuentre a su familia y su
identidad: los libros (en particular, el de Wonderstruck¸
que comentaremos más adelante), por los que siente una pasión contagiada
por su madre; el marcapáginas con la información de su padre, un post-it con aquella cita misteriosa que
siempre cuelga de la habitación de su madre, y la libreta que usará desde el
momento del accidente para comunicarse con los demás. Además, su familia es
dueña de una librería en Brooklyn y Ben encuentra el nombre completo de su
padre por primera vez en los archivos del Museo de Historia Natural.
A
pesar de favorecer la desinformación de su hijo y su crisis de identidad, la madre
de Ben supone una clave en su camino a la comunicación y el aprendizaje. Además
de inculcar en él su amor por los libros, también alimenta la pasión de su hijo
por los museos. Elaine califica como tal la habitación de Ben, y es en su habitación
donde Ben encuentra Wonderstruck, el
libro que lo guiará hasta el final de la película y hacia el descubrimiento de
su identidad. Este libro hace referencia a las cabinets of curiosities, en el inicio de los museos. En particular,
hace referencia a la cabinet of curiosities
que se puede encontrar en el Museo de Historia Natural de NY. Estas cabinets son pequeños espacios en los
que se recogían una variedad de objetos de muchos orígenes diferentes y exóticos,
lo que antaño les otorgaba esa cualidad fantástica e increíble.
El
libro de Wonderstruck es importante
en la historia por varios motivos. Para empezar, conecta las historias de Rose
y Ben. Cuando Rose va a visitar a su hermano al museo de Historia Natural, el
libro acababa de ponerse a la venta. Asimismo, es una conexión directa al padre
de Ben, ya que el libro fue una herencia familiar, y este se lo regaló a
Elaine, la madre de su hijo. Dentro del libro, que Ben encontrará la noche del
accidente entre los efectos de su madre, aparece un sencillo marcapáginas con
la imagen de una librería en NY, acompañado de un mensaje: “Te esperaré.
Danny”. Se ve así una conexión clave entre el mundo de los libros, los museos y
la falta de información de la que sufre Ben desde el principio.
Al
comienzo de su aventura en NY, Ben decide seguir a Jamie, un niño que quiso ayudarle
a llegar a la librería, y a su padre por las calles de la ciudad y hasta el Museo
de Historia Natural. Allí, tras jugar con Jamie alrededor del museo y conocerlo
mejor, Ben empieza a encontrar el camino del autodescubrimiento. Jamie es un
chico divertido, pero solitario, que está dispuesto a todo para mantener la
amistad de Ben, quien se comunica de verdad con alguien por primera vez desde
que perdió la audición. Jamie es al primero al que le cuenta sus planes de
encontrar a su padre, y con el primero con el que se siente seguro y capaz de
comunicarse a través de la libreta que Ben siempre lleva consigo.
Es
interesante evaluar el papel de Jamie en la historia. Él es un niño que ha
aprendido ASL (American Sign Language) en el colegio, y cuyo alfabeto enseña a
Ben, lo que desde el inicio parece que conducirá a una relación de comunicación
plena y positiva. Sin embargo, pese a este canal de lenguaje y de intercambio,
Jamie traiciona a Ben no contándole que la librería está abierta, aunque en
otra localización. De esta manera, continúa la cadena de desinformación que
afecta al protagonista. Es más, Jamie comparte sin problemas esta información
(aunque inútilmente, porque Ben no pudo oírle) antes de conocerlo. Sin embargo,
una vez se hicieron amigos, y establecieron un canal de comunicación, la
desinformación comenzó. Esta tendencia nos remonta a la época en la que Ben
puede oír, pero aun así no se le permite conocer el mundo. Pese a todo, la
relación con Jamie sigue siendo muy enriquecedora, ya que le presenta el mundo
del museo: un espacio lleno de conocimiento, de historia y de experiencias, en
el que Ben acabará encontrando su identidad.
Ben
acaba encontrando a su padre en el diorama de los lobos, que “casualmente”
fueron encontrados en Michigan, en el municipio de Ben. Los niños no creen que
sea una casualidad y acaban recurriendo a los archivos, donde pueden ver una
fotografía de la casa del protagonista, acompañada de una autorización firmada
por su madre Elaine, en la que autoriza a emplear su entorno para el estudio de
esos animales. Sorprendentemente, la autorización aparece cofirmada por un tal
“Daniel”. El círculo se cierra de esta manera, y Ben comienza a comprender el
origen del libro, el porqué de su gran afinidad por los lobos y cuál puede ser
la procedencia de su padre.
Tras
descubrirse el secreto de la librería, Ben parte solo hacia allá, y en esa
misma visita todo acaba por desvelarse. Se encuentra a su abuela y a su tío
abuelo, quienes no son otros que Rose y su hermano. Se trata del momento en el
que las dos historias se alinean: Rose nos cuenta qué pasó una vez encontró a
su hermano en el Museo de Historia Natural. Ella comenzó a trabajar allí años
más tarde construyendo dioramas, en lo que la acompañó su hijo (el padre de
Ben). Rose ya conocía el placer del modelaje desde niña, era una manera de
expresarse cuando aún no podía comunicarse fácilmente. Estos dioramas le
abrieron una vía de comunicación riquísima, que no solo le ayudaron a construir
su familia, llevando a su hijo siempre consigo, sino también a realizarse como
profesional e individuo que puede contar historias. Por ello, cuando le
ofrecieron construir el gran diorama Panorama,
en Queens, no pudo resistirse a incluir pequeños recuerdos de su propia
historia bajo los edificios.

Por
otra parte, el padre de Ben conoce a Elaine mientras buscaba una escena que
representar en su primer diorama para el museo. Nunca llegará a conocer a su
hijo, ya que morirá por una enfermedad cardíaca poco antes de que Ben nazca. Rose
le cuenta esta historia a Ben mientras van recorriendo NY hasta el museo de
Queens, donde Rose le enseñará a Ben los pequeños recuerdos (fotografías, un
dibujo de los lobos que hizo Ben de pequeño…) que ocultaba bajo los edificios
del diorama. Es con este descubrimiento, no solo de sí mismo, sino también de su
familia, que reconoce su posibilidad de aprendizaje y comunicación (Rose ya
sabe utilizar ASL, aunque se esté
comunicando con Ben a través de la libreta) así como la existencia de un
espacio donde desarrollarse, junto a su abuela y a su nuevo mejor amigo.
La
película concluye con los tres personajes subidos al tejado del museo de Queens
mirando las estrellas, tras un repentino apagón de la ciudad (que puede simbolizar
esa falta de comunicación). Remite de nuevo a Space Oddity, que además empieza a sonar en ese momento, y a la cita
de Oscar Wilde. También evoca la escena del descubrimiento del meteorito en el
Museo de Historia Natural, por parte de Ben y de Rose. Ambos encuentran a la
vez esa gigantesca roca en una sala, y parece que vaya a establecerse un canal
de comunicación entre ellos, como en otras películas habría sucedido. Sin
embargo, aunque a veces se asemeje, esta película no es una película
fantástica. Se observa cómo Rose escribe algo en un papel y lo sube arriba del
meteorito, “wishing upon a star”, sin
saber lo que pudo escribir, ya que un guarda aparece y quiere que la acompañe.
En el futuro, Ben también se siente atraído por esa estrella, e intenta
alcanzar algunos de los papeles colocados en su parte superior, hasta que
aparece Jamie, y lo aleja también de esto. Se puede suponer que las estrellas,
ya sean meteoritos, o cuerpos brillantes que podemos observar en el cielo,
representan la capacidad de comunicación y de autodescubrimiento. Tanto Rose
como Ben ansían alcanzar ese poder.

Asimismo,
podemos relacionarlo con las “estrellas” cinematográficas, y encontrar en ello
una explicación para la gran determinación de Rose para reunirse con su madre,
a pesar de que es conocedora de que ella los abandonó con su padre. El mundo
del cine mudo, lleno de estrellas, fascina a Rose, y tal vez sueña con encontrar
una vía de comunicación a través de este. Sin embargo, su madre y su rechazo
truncan definitivamente esta opción, tras la que, resignada, recurre a las
estrellas en otros contextos: el meteorito, el cielo, y los dioramas.
Para
concluir, dedicaré unos párrafos a desarrollar el tema del aprendizaje de la
lengua de signos y de otros modos de comunicación para los sordos en la
película. Una de las primeras aproximaciones al personaje de Rose es la escena
en la que, tras salir del cine, su padre la riñe por haber salido de casa y le
da un libro para que estudie. En ese momento clave, de nuevo a partir de un
libro, descubrimos una característica importante del personaje: Rose es sorda. El libro lleva como título Teaching the deaf to lip read and speak. No
es difícil ver el rechazo que este libro provoca en Rose, y acaba haciendo con
él algo bastante simbólico: lo destruye para hacer modelaje y ciudades de
papel. En ese momento tiene lugar una escena premonitoria: a partir de la
comunicación frustrada (la obligación a un aprendizaje basado en la oralidad),
el personaje descubre su identidad, y desarrolla sus gustos y otras vías de
expresión. Es, además, a partir de esa escena cuando empiezan a desencadenarse
los acontecimientos y Rose se prepara para su viaje.
La
misma escena tiene un papel contextualizador muy importante: el padre y el
libro representan la presión social que existía en los años 20 hacia las
personas sordas. En esa época no se fomentaba la enseñanza de un sistema de
comunicación adaptado para las personas que no pudieran participar de la
dimensión oral, y se forzaba la asimilación de principios de la oralidad (leer
labios, aprender a hablar), a pesar de que fueran extraños para los sujetos.
Unido al hecho de que su padre la tiene encerrada, Rose no puede resistirse a
intentar escapar de su casa, buscando un lugar donde no tenga que cambiar para
ser aceptada. Esta motivación la lleva a acabar refugiándose con su hermano,
más comprensivo, quien la acercará a la comunidad sorda inscribiéndola en un
colegio para sordos. Este gesto tiene una gran significancia. No solo por
reconocer que su hermana, como otros niños sordos, necesita una educación
especial; sino también por lo que implica respecto al sentimiento de
integración y de comunidad, tan necesario para Rose en ese momento. En su
colegio, no solo le enseñarían ASL,
sino que también tendría la oportunidad de conocer a personas fundamentales en
su desarrollo, como su primer amor, quien acabaría siendo su marido y abuelo de
Ben.
Esa
parte de la historia no se conoce hasta que Rose cuenta su historia a Ben, ya
que su línea narrativa finaliza en el reencuentro con su hermano. Es el momento
decisivo en su vida, en el que finalmente Rose pasa de la incomunicación y
aislamiento a la aceptación e integración (y precisamente por eso, su historia
deja de ser fundamental a partir de ese punto).
Contrariamente,
sí se puede ver el comienzo del aprendizaje de ASL por parte de Ben. Gracias a su encuentro con Jamie, Ben tiene
su primer acercamiento a esa lengua a través del alfabeto y sus primeras
palabras. Se observa cómo, aunque sus instintos le siguen llevando a la
oralidad (muchas veces, incluso olvida que su abuela no lo puede oír), debe
replantear sus medios de comunicación. Para ello le será de gran utilidad la
libreta, a partir de la que no solo se comunicará con Jaime, sino a través de
la que conocerá la historia de su vida y de sus padres. Con el encuentro de su
abuela y su tío abuelo, ambos usuarios de ASL,
es fácil prever que Ben tendrá un futuro prometedor, con sus necesidades
comunicativas plenamente satisfechas, a pesar de la privación de la oralidad.
Para concluir, se han podido reconocer a través de estas páginas todas aquellas claves presentes en Wonderstruck que, partiendo del imaginario de la comunicación y el lenguaje, pretenden acercar al espectador a un mundo fantástico alcanzable a través del intercambio entre los individuos. Sin precisar la oralidad, que no facilita necesariamente la comunicación, los personajes de esta película logran conocer su historia y aceptar su individualidad a partir de la integración dentro de una comunidad con la que compartan características (el colegio de sordos para Rose y la nueva familia de Ben) o junto a personas dispuestas a establecer esos lazos de comunicación e intimidad (el hermano de Rose o Jamie).
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